lunes

La aventura

Me preocupaba que ella sola, tuviera que encargarse de nuestro tesoro, le costaría mas tener que alimentarse con lo que tenia cerca, cosa que ya lo teníamos previsto cuando decidimos poner la primera motita de algodón del bosque, pero seguro que podría, además ya faltaba solo ese huesecíllo de la cuarta pluma de mi ala derecha para que estuviera listo. El tipo es un sol, por las tardes me atiende con agua y un poco de barro tal como se lo indique, su respiración es suave cuando toca y me estira las patitas para que no se entumezcan de estar tan inactivas, solo queda un detalle y es ella que aparece y desaparece en nuestros días como las comidas o las flores recién cortadas sobre la mesa...(fragmento)